Original del estado de Bahia, en nordeste de Brasil, residente en Brumadinho, Minas Gerais, desde hace 20 años, Tonha llegó a Minas y se vino a vivir al paraíso. Con la alegría de vivir y una sonrisa fácil, cuida de su rincón mágico, lleno de plantas, hilos y sacos de cemento, sus herramientas de trabajo.

De las pequeñas manos del artesano nacen hermosas piezas, como macetas de hormigón para plantas, hojas decorativas y productos elaborados con hilos telefónicos y alambre, que dan como resultado objetos decorativos y utilitarios.

Quien va allí, además de comprar los productos elaborados por la artesana, también puede elegir entre los dos mil plantones que hay en el patio: hibisco, jazmín, zarzamora, cactus, suculentas, imbé, costilla de Adán, morera, nieve de montaña, orquídea de bambú, algunas especies entre la gran diversidad de plantas, flores, frutos, plantones para jardinería y plantas ornamentales. Sus plantas tienen fama de haber tirado del artesano y de ser resistentes y elásticas.

Las artesanías de Casa da Tonha llevan la alegría de quienes las crean. Son piezas a la vez fuertes, porque están hechas de cemento, y delicadas. Es el tipo de producto que hay que ver para entender.

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